En cada proyecto, Francisco Mangado se centra en la reflexión y la investigación, no dejando a nadie indiferente.
Gracias a su labor profesional ha recibido innumerables premios. El último, el recientemente otorgado por la Akademie der Künste en Berlín el ‘Kuntspreis Berlin 2017’ en la categoría de Arquitectura en reconocimiento a su trabajo. Además, en 2011 fue nombrado “International Fellow” del RIBA (Royal Institute of British Architects) y en 2013 miembro honorario del AIA (American Institute of Architects).
En 2008 creó la Fundación Arquitectura y Sociedad, que nació con la intención de promover la interacción entre la arquitectura y otras disciplinas como la creatividad, filosofía y economía.
La Arquitectura convive con el ciudadano en su entorno cotidiano, ¿cuáles son para usted los aspectos relevantes que debe tener en cuenta un proyecto arquitectónico teniendo en cuenta esta interrelación?
La arquitectura es una actividad de servicio y a la vez una actividad formal y estratégica. La forma arquitectónica y su estrategia deben basarse en esa idea de servicio. Claro que servicio no es servilismo. No es dar sólo lo que la sociedad reclama que suele ser bien poco. Servicio es intentar dar más. Es hacer una arquitectura consciente del contexto, consciente de los recursos, de los valores culturales, de las necesidades, del programa, pero también de otros valores que forman parte de lo que yo entiendo como servicio, y hablamos de la belleza, de la percepción que nos hace sentirnos mejor… etc. Por eso el arquitecto es un personaje que interactúa de manera intensa con la realidad. Lo que el arquitecto no puede hacer y ha ocurrido en demasía, es olvidar la realidad y hacer objetos de laboratorio. Ello no ayuda ni mejora la arquitectura. La realidad, la gente, la sociedad que nos rodea, el contexto todo ello cambiante, muy rápidamente cambiante en realidad, es un magnífico crisol para hacer arquitectura. Una arquitectura de servicio y por tanto en cierta manera transgresora, ambiciosa, no acomodaticia, pero tampoco autista.
Economía y arquitectura. En los últimos años hemos visto desarrollo de edificios grandiosos. Usted habla de recuperar la economía como estrategia, ¿qué supone este concepto?
Economía no significa gastar más o menos. La economía tiene que ver con la relación entre los medios utilizados y los fines conseguidos. Con cómo utilizar los medios, en general escasos, pero no necesariamente, en función de unos fines. Durante los últimos años este concepto no ha estado muy presente en la arquitectura, tampoco en la sociedad en general. Pero cuidado, esto no tiene que ver con hacer grandes o pequeños edificios. Un edificio grande puede ser un despropósito, pero también uno pequeño, y viceversa ambos pueden ser muy inteligentes desde la perspectiva medios-fines. Creo que, durante los últimos años, como consecuencia de la crisis ha habido mucha confusión en este sentido y se ha generalizado la gran arquitectura, en lo que a tamaño se refiere como un despilfarro, algo inútil. Nada más lejos de la realidad. Ha habido edificios y presupuestos inútiles y la mayoría que no lo han sido. Lo que ocurre es que los primeros adquieren un sentido mediático, superior a los segundos. Creo sinceramente que España ha desarrollado estructuras arquitectónicas útiles y que han ayudado de manera increíble a desarrollar este país, su economía y también una sociedad más justa. De la misma manera que se han producido excesos.
Por lo tanto, como en casi todo no hay que simplificar ni crear eslóganes superficiales. El problema de nuestro país es que somos excesivamente pendulares. Dicho esto, cuando yo afirmo que la arquitectura ha de tener la economía como un objetivo valioso me refiero a esta relación medios-fines. Qué quiero obtener y qué uso. Esto no es sólo una cuestión práctica sino también de índole conceptual e ideológica. Creo firmemente que un edificio cuanto más preciso es a la hora de plantear este problema más posibilidades tiene de estar acertado.
Este principio es además algo muy definitorio de nuestra sociedad, una sociedad que ha de calibrar muy bien, y no sólo en la arquitectura, sino en todo, los medios que usamos y para qué. Por tanto, la reivindicación de este concepto de la economía que como dices es estratégico para la arquitectura-hoy la arquitectura ha de ser estratégica y no sólo un mundo formal- y que es algo infinitamente más amplio que la idea de barato o caro, no es algo que lo defiendo en función de la coyuntura que vivimos, sino como consecuencia de mi idea profunda acerca de qué es la arquitectura sin olvidar que cada proyecto es distinto y esté en un lugar distinto, con unos objetivos distintos.
El respeto a la naturaleza como diálogo desde la diferencia, un concepto muy interesante con un claro ejemplo: El Centro Hípico de la Ultzama. ¿qué debe implicar este diálogo?
La arquitectura es un hecho racional y bastante impositivo. La arquitectura, las ciudades irrumpen y transforman el paisaje y el territorio. Algo inevitable. Hoy hay mucho ingenuo que pretende que no se produzca esta transformación. Eso es inútil. ¿De verdad alguien cree que un maravilloso templo griego asentado en un acantilado en el Mediterráneo debería desaparecer porque ha cambiado el paisaje? La transformación se produce y la cuestión es que ésta se haga bien. Para mí el templo griego, en sí mismo hermoso, mejora el paisaje resultante. Por tanto, suscita la cuestión y claro, la discusión es acerca de cómo se transforma, si bien o mal y entonces las discusiones son importantes y el acuerdo difícil. En general pienso que las actitudes acomplejadas no dan lugar a buenos resultados. Claro que es verdad que la osadía, desde la falta de calidad arquitectónica o desde la consideración hacia el paisaje ha producido grandes desastres. Pero el problema surge precisamente cuando mezclamos osadía con falta de consideración o sensibilidad. Uno puede querer reafirmar su arquitectura precisamente a partir de un diálogo considerado con el paisaje hablando de tú a tú. Algo no siempre fácil pero que los grandes arquitectos lo han logrado mejorando finalmente el entorno, logrando una síntesis entre naturaleza y paisaje artificial creado por el hombre realmente fantástico. Yo cuando hago el Centro hípico de Ultzama hago un edificio fuerte, con carácter formal indudable, pero para ello me fijo en esas grandes granjas y caseríos que, de manera poderosa, sin timidez, definiendo unos potentes volúmenes que contienen las más diferentes funciones, se asientan en el paisaje. Busco las razones auténticas y profundas que ha utilizado durante siglos la arquitectura de Ultzama para asentarse en un bellísimo paisaje y las utilizo y mantengo, eso sí, con mi propia formalización y mis propios materiales. No me fijo en la banalidad de utilizar colores y materias similares cuando por ejemplo estás haciendo casitas adosadas o semiadosadas, fragmentadas que son infinitamente más agresivas con ese paisaje. No sé si me entiendes. Este es un tema muy arquitectónico y muy bonito: arquitectura y paisaje.
Cuáles son los objetivos de su nuevo proyecto: Centro Internacional Postgrado en Madrid
Básicamente dotar a arquitectos e ingenieros de unos instrumentos que, de acuerdo a la evolución a la manera de hacer arquitectura que no de los fundamentos que no han cambiado, permiten precisamente ejercer nuestro trabajo con la sensación de que somos necesarios, de que lo que hacemos no es algo banal, sino extraordinariamente fructífero para la sociedad y las personas que la conforman. Cambiaremos métodos de enseñanza, contenidos…etc. Y contaremos con fantásticos profesores. Esto lo haremos en formación de postgrado no de grado. Creo sinceramente que las escuelas de arquitectura actuales se han quedado bastante obsoletas.
¿Desde cuándo es cliente de (CB5)?
Soy cliente de CB desde que hice mi primera póliza, hace ya unos años.
¿Qué es lo que valora de (CB5)?
La relación y atención personal. Que reconozco las caras con las personas a las que me dirijo y que ellos me llaman por mi nombre que es lo mismo que saber cuál es mi problema.